jueves, 16 de julio de 2009

Nancites 19

1. La encuesta del CIS. Más de la mitad de los españoles no sabe lo que es el libro electrónico. ¡Y yo entre ellos! Sólo un post más abajo decía que la lírica de los tiempos posmodernos era mucho mayor que la cruda realidad de la página escrita y la tinta. En este caso sería un error advertir en esta estadística una prueba más del incorruptible analfabetismo del españolito medio en cuestión de nuevas tecnologías. No: si más de la mitad no oyeron hablar del libro electrónico es por la sencilla razón de que el libro electrónico no existe. Es decir, existe en la mente de sus creadores y supongo que en Amazon.com, pero su utilidad continúa siendo un misterio.

2. Más sobre la encuesta. El 39,4 % de los españoles no lee nunca o casi nunca. La eterna cuestión sobre la necesidad de que todos lo hagamos todo: ir al cine, al teatro, a la ópera, y encima leer un libro. Y ya no digamos ponerle el pañal al niño entre página y página. Ciertamente, a más educación se supone que la población será más letrada, y en este caso sí que aplica la ecuación de porcentajes de lectura versus nivel educativo. Pero me niego a considerar la lectura como una obligación incuestionable y como un claro síntoma de algo. Que un 60,6 % lea es una cifra impresionante. Y si no, pregúntenle a Fumaroli: punto 3.

3. Dice Marc Fumaroli: "Y me he dado cuenta de que estamos sumidos en un régimen de imágenes, en principio, feas, sin futuro, de una materia pobre, digital, que se emiten en pantallas, que son efímeras. Y están por todos lados, nos asaltan desde que nos levantamos de la cama. Y esto condiciona nuestra imaginación, la constriñe". Sabias palabras. Leer entre este magma desbordante (cultura pizza, la etiqueta) es una heroicidad. Por ejemplo, a él mismo en 2010: París-Nueva York, ida y vuelta. Viaje a través de las artes y las imágenes, un libro imprescindible para ir llenando la cesta.

4. Aunque toda lista y todo canon acaban siendo ridículos y devorados por la siguiente lista y el siguiente canon, intento no perderme ninguno de los intentos. A este de Newsweek, el penúltimo, hay que reconocerle ambición y atrevimiento, aparte de la anglofilia que ya se le supone. Los 100 mejores libros de la historia, ahí es nada. Los primeros son Guerra y Paz, 1984, Ulises, Lolita y El ruido y la furia. Por delante de Homero, Proust, Shakespeare o Flaubert, y observo en un rápido vistazo una desbocada tendencia a sobrevalorar lo escrito en el siglo pasado. Pero basta un detalle simple para desmoronar la torre de libros: no está el Quijote por ningún lado.

Postdata. El día 20 de julio comienzo un viaje que me llevará a Cuba y Haití. No voy de vacaciones, como los miles de turistas que me rodearán impunemente, sino a otros quehaceres. Imagino dificultades varias para actualizar el blog, pero espero mantenerles informados con alguna postal furtiva.

viernes, 3 de julio de 2009

10 años no son nada

Va a hacer casi 10 años que la revista The Bookseller publicó un artículo titulado “A toda máquina hacia el 2010”. Lo firmaban Mark Bide, Hugh Look y Mike Shatzhin, y en el libro Opiniones mohicanas de Jorge Herralde se puede leer un compendio de las principales conclusiones que a modo de oráculo apuntaban sus autores. El objetivo del artículo era plantear el futuro de la edición a 10 años vista, en un momento en que las voces agoreras sobre el futuro del libro comenzaban a ser de lo más pesimista.

A no ser que en los meses que quedan hasta 2010 haya un cambio revolucionario, ya se puede afirmar que la mayoría de predicciones han resultado descabelladas. Es interesante hacer ahora el ejercicio de repasar algunas de ellas, pasadas por el cedazo y la traducción de Herralde, con mis comentarios sobre su pertinencia:

1. El lector tiene un tremendo aumento en su capacidad de elegir, al menos el doble de títulos nuevos cada año.

No tengo datos exactos a mano, aunque me atrevo a decir que el número de títulos ha aumentado pero no al nivel que se expresa. También las ediciones, de promedio, acostumbran a tener un número inferior de ejemplares.

2. Libro electrónico generalizado.

No. El porcentaje de mercado que éste representa sigue siendo pequeñísimo.

3. La impresión según pedido se ha generalizado.

No. Esta técnica todavía es más ficticia que el libro electrónico.

4. Más de un millón de libros están disponibles en archivos digitalizados para su entrega inmediata como libros electrónicos o libros impresos, según pedido.

Supongo que la cifra es inferior. Más allá de bibliotecas virtuales infinitas, el libro digital creado exclusivamente para su venta comercial es menor al número de libros editados en papel.

5. Los best-sellers son menos y con menores ventas.

Aunque también hablo por intuición, las avalanchas comerciales de este lustro han sido potentes, desde la saga de Harry Potter hasta la última trilogía de Larsson.

6. Autores importantes han renegociado sus contratos percibiendo hasta el 80% de los ingresos por e-books.

Con relación al punto 2, queda claro que esto todavía es ciencia ficción, aunque no sé si hay alguna excepción al estilo Stephen King.

7. La mayoría de los libros se publican sin pagar adelantos, sólo se pagan a autores muy consolidados.

Es posible, aunque me temo que diez años atrás la cosa no era tan diferente.

8. Autoedición muy común, los autores abren página en la red para relacionarse con la comunidad de lectores.

No. Sólo hay algunos casos de autores con web interactiva, pero son contados.

9. Los lectores editoriales escudriñan la red en busca de autores autoeditados.

Creo que el manuscrito sigue siendo el camino para abrirse paso y publicar un libro. Las obras en internet pertenecen a jóvenes que empiezan o a escritores frustrados.

10. La edición y comercio del libro se concentra en la ficción.

Es cierto que los libros de consulta ya han pasado casi a mejor vida gracias a las enciclopedias virtuales, y quizá este sea el punto más atinado de la profecía. Los ensayos muy especializados van teniendo su espacio en la red, y el libro queda para el ensayo más generalista y, sobre todo, para la ficción.

En fin: quizá la edición es uno de los espacios más conservadores que todavía persiste en el siglo XXI, pero yo tampoco soy nada de izquierdas cuando me meto en este asunto. Nadie es perfecto.
______________________________

Leí mucho a Baltasar Porcel en mis años universitarios, cuando la doctora Rosa Cabré recomendaba sus novelas a todos nosotros, alumnos de filología. Ella lo decía con entusiasmo desbordante, y nos contagiaba. Hace años que no he vuelto a Porcel, pero recuerdo el impacto de la mejor prosa catalana que se ha escrito en estos últimos decenios. Una prosa limpia, acerada, siempre viva. Allí está, en algún lugar de Barcelona, esperando el reencuentro casual. Y la certeza de la imposible traducción de unos textos marítimos entre Andratx y la costa catalana: qué difícil traicionar a un maestro.
______________________________

El mensajero, siempre tan oportuno.


______________________________

-¿Y sobre sus vecinos hondureños no va a escribir nada, señor Deza?
-No, amigo. Últimamente tengo una sobredosis de realidad que me obliga a alejarme de la ignominia. Es una recomendación de mi doctor, muy científico él.