lunes, 15 de febrero de 2010

Nancites 22

1. Dos entrevistas suculentas que han caído en mis manos estos últimos días, congelado en las alturas de los Pirineos. En un reciente Babelia, un ejercicio de equilibrismo impactante con James Ellroy: la encargada del espectáculo circense es Rocío Ayuso, que a lo largo de dos páginas escucha al escritor y transcribe las provocaciones mayores que éste va desgranando. Nunca había sentido el más mínimo interés por Ellroy, que acaba de publicar nuevo libro de mil páginas en Ediciones B, y cada vez frecuento menos la novela negra. Pero frente al autor de género más o menos intrascendente (acabamos de vivir otra semana sobre el tema en Barcelona que pasó con más pena que gloria) Ellroy emerge como un destroyer francamente inquietante. Se reconoce como autor magistral y genio, sin medias tintas. Acostumbrados a la moda imperante del relativismo y la mentira piadosa, impacta su concluyente dictamen. Autodidacta, lector obsesivo, animal de zoológico según su ex-mujer, y amante de la historia, la música clásica, las mujeres, el boxeo, las novelas policiacas y los perros. Ojo al dato: de su último libro escribió 400 páginas para armar su estructura y 150 de notas, de las cuales salió el producto final. Un outsider en toda regla: lo amas o lo odias, y yo todavía estoy en la duda.

2. La segunda entrevista en la contraportada de La Vanguardia del día 11. Sólo un ejercicio más que banal para tener una primera aproximación de David Monteagudo, pero me ha servido: ¡el obrero escritor! No había indagado todavía en el autor más allá de todo lo escrito sobre Fin, y hasta ahora no había llegado a mí una sola declaración o foto. Me sorprendo una vez más: diez manuscritos en el cajón, editores que le niegan una y otra vez la posibilidad de publicar, hasta que uno cae en manos de Vallcorba y se convierte en el éxito del año (ya he visto la séptima edición). Pero Monteagudo, a lo Ellroy, dice que siempre había estado convencido de que le llegaría el éxito. Dos ególatras en tan poco espacio de tiempo es demasiado incluso para mí, pero me han dejado pensando sobre cómo el triunfo también puede depender del coraje y de la inmodestia. Con dos pares. Aprovecharé mi próximo vuelo a Managua para leer la novela, pues no se me ocurre mejor lugar para ello que entre bandejas de comida (pasta or chicken?) y asépticas salas de espera.

3. ¡Necesito poner orden en el universo Bolaño! Desde aquellos tiempos pretéritos del triángulo mágico, las novelas y libros de Bolaño han seguido cayendo como hojas de un otoño eterno: nada más poético que un autor desaparecido y una obra en constante aumento, contraviniendo las reglas más elementales del tiempo y de la razón (aunque para Herralde el hecho no tenga nada de poesía y sí mucho de crematístico). Digo que quiero poner orden, y es que ya me he perdido entre el aluvión de novedades: ¿Es posible establecer un orden estricto de escritura entre todo lo publicado? ¿Alguien tiene los deberes hechos?

4. Lo diré con menos de 140 caracteres: ¡Tengo que escribir un post contra Twitter, y tengo que hacerlo pronto!

4 comentarios:

Lalo dijo...

Hola. LLevo horas leyendo su blog. Enhorabuena.

Sobre Ellroy siempre recomiendo "Mis rincones oscuros".

El fin de semana compraré El tercer Reich para llenar la balda de la estantería con todo lo de Bolaño.

La pregunta sería saber por qué él, antes de fallecer, no dejó tb dicho q esa novelita fuera publicada

Saludos

Anónimo dijo...

Yo también recomiendo "Mis rincones oscuros".

Óscar David López dijo...

Genial blog. Felicidades.

JacoboDeza dijo...

Agradezco vuestros comentarios. He desaparecido unos días por Madrid, como comentaré en el siguiente post, y no he revisado estas huellas hasta hoy.